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Diana Milena Moreno Franco
Administradora de Empresas, Especialista en administración en Salud.

Para nadie es un secreto que la pandemia ha puesto al descubierto la crisis en salud mental de la población en Colombia y en el mundo, ha hecho visible y exacerbado la realidad creciente de los individuos en el afrontamiento de las acontecimientos y sufrimientos actuales, así como los atravesados en el curso de su vida; estudios hablan que “desde la perspectiva de la salud mental, una epidemia de gran magnitud implica una perturbación psicosocial que puede exceder la capacidad de manejo de la población afectada” (1) como ya lo hemos vivido desde el punto de vista de la atención del virus y lo empezamos a evidenciar desde el punto de vista de la atención de los efectos psicológicos pandemia y post-pandemia. Se dice que puede considerarse, que toda la población sufra tensiones y angustias en mayor o menor medida. Por tanto, “se estima un incremento de la incidencia de trastornos psíquicos (entre una tercera parte y la mitad de la población expuesta podrá sufrir alguna manifestación psicopatológica, de acuerdo con la magnitud del evento y el grado de vulnerabilidad)”(1) y aunque no todos redundan en una enfermedad mental, si se ha hecho evidente la baja capacidad de atención del sistema y la falta de estrategias de promoción, prevención y educación en salud mental en los modelos de atención existentes, los cuales hoy están cimentados en pilares  de atención paliativa.

Aunque para muchos la salud mental pudiese sonar a un asunto individual que cada quién tiene que resolver, la salud mental está lejos de ser un asunto individual y sí es absolutamente un asunto colectivo, dada su naturaleza, definida en la ENSM2015 como: subjetiva relacional (individuo con los otros) y social colectiva (cognición social, reconocimiento de los otros, apoyo familiar y capital social) y dado su impacto social y económico negativo, generado por la disminución del ingreso personal, las limitaciones al trabajo del paciente y su cuidador, que afectan la capacidad productiva de un país y por ende su ingreso y de igual manera su gasto en salud debido a: el alto costo de sus frecuentes y/o largas incapacidades y estancias hospitalarias, así como  el alto costo de sus tratamientos y/o medicamentos situación que va en detrimento del sistema de salud y el bienestar y progresos económico de los Colombianos,  todo esto hace relevante preguntarnos: ¿responden los modelos de Atención en Salud actuales a la problemática y necesidades crecientes de la salud mental en el país?  Los modelos implementados apuntan y trabajan en la atención primaria a: la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad para este caso mental, en las condiciones que dicta la RES. 429 de 2016 Política de Atención Integral en Salud? ¿Promueven los modelos actuales, actividades educativas que permitan a la población fortalecer y hacer uso adecuado de los recursos psicológicos y psicosociales con que cuentan, que les permita tener una “buena vida”?.

Para abordar estos interrogantes es importante revisar la estadística asociada:

Según el Estudio Nacional de Salud Mental 2003 (7), el 40,1 % de la población colombiana entre 18 y 65 años ha sufrido o sufrirá alguna vez en la vida un trastorno mental. La Encuesta Nacional de Salud Mental publicada de 2015, reporta que 10 de cada 100 adultos de 18 a 44 años y 12 de cada 100 adolescentes tiene algún problema que sugiere la presencia de una enfermedad mental (8). En cuanto a la inversión en salud mental, la OMS informa que en muchos países solo se invierte el 2 % del total de los recursos de la salud, siendo el gasto anual promedio en salud mental inferior a US$ 3 por habitante y en los países de bajos ingresos, US$ 0,25 por habitante, donde la escasez de psiquiatras, enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales son algunos de los principales obstáculos (4,9). Casi la mitad de la población del mundo habita en países donde se dispone de un psiquiatra o menos por 200 000 personas y en países de bajos ingresos hay menos de un especialista por millón de habitantes (4,10). Rojas-Bernal LA, Castaño-Pérez GA, Restrepo-Bernal DP. Salud mental en Colombia. Un análisis crítico. Rev CES Med 2018; 32(2): 129-140.

Así mismo el Análisis de Salud mental realizado en el 2008 por Equipo Investigativo del Programa de Salud y Seguridad Social de la Defensoría del Pueblo señala que Estudio preliminar – “Medicamentos incluidos en el Plan Obligatorio de Salud (POS) para el tratamiento de trastornos psiquiátricos: Propuesta para la Modificación del Formulario. Expone que el 30% de la población colombiana padece de algún trastorno psiquiátrico que es causa frecuente de morbimortalidad. 

Así las cosas, según las estimaciones de los estudios frente a las incidencias en el incremento de trastornos psicológicos en situaciones de Epidemias, podemos hablar que las cifras post pandemia en Colombia podrían ascender al 60% de la población, según la OPS Los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias son los principales contribuyentes a la morbilidad y la mortalidad prematura en todo el mundo, en el 2010, el costo global de los trastornos mentales se estimó en aproximadamente 2,5 billones de dólares estadounidenses; para el 2030, se proyecta que esta cifra aumente en un 240%, a US $6,0.billones, se ha demostrado que la inversión en salud mental trae un retorno sustancial, pues cada dólar invertido en la ampliación del tratamiento para la depresión y la ansiedad produce un retorno de 4 dólares en la mejora de la salud y la capacidad de trabajo de la población, lo que muestra la urgencia de un cambio en: la asignación del gasto en salud, la coherencia entre la normatividad y la realidad en los que refiere a políticas públicas, que desde la ley 100 en 1993, la resolución 2358 “Política Nacional de Salud Mental “en 1998 y hasta la  promulgación de la Ley  616 de 213 “Ley de Salud mental”,   han tenido un avance significativo pero no logran los frutos esperados en razón a variables estructurales propias del sistema  y sociales y otras asociadas a la implementación y estructuración de  modelos de atención de salud mental caracterizados por:

1. Enfoque paliativo (atención de la enfermedad).
2. Gasto en salud mental destinado a hospitales psiquiátricos.
3. Intervenciones individuales institucionalizadas.
4. Fragmentación de los servicios.
5. Ausencia de actividades de promoción de la salud mental.
6. Ausencia de actividades de prevención en salud mental.
7. Ausencia de actividades educativas.

Nuestros modelos de atención actuales están enfocados principalmente en la atención del paciente enfermo y diagnosticado, el 60% del gasto público que se asigna a salud mental está destinado a la atención hospitalaria (3) y al paciente enfermo, los servicios que recibe el paciente son en su mayoría escasos, desarticulados y fragmentados, en términos de promoción y prevención las actividades, así como los resultados son casi nulos, dados los lineamientos tan generales, la ausencia y/o escases  de servicios con este enfoque dentro de los Modelos de atención primaria, que garantice la prestación de servicios como: terapias psicológicas específicas, grupos de apoyo, actividades de educación grupal con enfoque en patologías priorizadas, terapias para la readaptación social y ocupacional, programas de reinserción laboral y por último y no menos importante la desarticulación de los actores (EPS, IPS, organismos gubernamentales, ONGs y comunidades) que genera fragmentación de los servicios y reduce la integralidad en la atención.

Estudios recientes han demostrado que se pueden proyectar acciones para mejorar la salud mental, entendida esta por la Ley 616 de 2013 como un “estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y la interacción de manera tal que permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida cotidiana, para trabajar, para establecer relaciones significativas y para contribuir a la comunidad” y partiendo de que la salud mental de un individuo y de una comunidad es transformable (2).

Las siguientes estrategias internacionales han demostrado ser exitosas para promover la salud mental, prevenir algunos problemas mentales específicos, identificar y tratar oportunamente a quienes requieren servicios de salud mental y facilitar la implementación y cumplimiento de la ley en salud mental en el mundo y por tanto puede ser un referente a trabajar para el cumplimiento de la Ley 1616 en Colombia (2), ver cuadro Estrategias exitosas para promover la salud mental y prevenir e identificar tempranamente los problemas de salud mental.

Al revisar las diferentes estrategias podemos concluir que:

 

1. Tienen como pilares la promoción y prevención de la salud mental.
2. Están basadas en un enfoque de Salud mental comunitaria.
3. Desarrollan actividades de intervención colectivas dirigidas a poblaciones y necesidades específicas.
4. Propenden por garantizar el acceso a los servicios.
5. Se desarrollan principalmente a través de actividades de educación.
6. Buscan eliminar la estigmatización social de la salud mental y que las personas pidan ayuda.
7. Apuntan a la identificación temprana de los riesgos y su abordaje oportuno a lo largo del ciclo vital y todos sus ámbitos, hogar, escuela y trabajo, lo que permite una mayor integralidad en la atención.
8. Requieren de la participación y articulación de los actores del sistema.

Estrategias exitosas para promover la salud mental y prevenir e identificar tempranamente los problemas de salud mental (2).

 

Dados los argumentos podemos concluir que:

 

1.  Los Modelos de atención en Salud Mental en Colombia requieren un cambio estructural que responda a las necesidades crecientes de la salud mental del país, con un enfoque de atención primaria comunitaria, basado en pilares de promoción y prevención, que incluya actividades de educación grupal para grupos y necesidades específicas, acordes con patologías priorizadas, garantizando la integralidad en la atención y el trabajo articulado con las diferentes entidades y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales interesadas en la salud mental.

2. La inversión y estructuración en modelos en salud Mental con enfoque comunitario y preventivo conlleva a mejores resultados en salud y por ende contribuyen a la disminución del gasto en salud, la protección del ingreso individual y la capacidad productiva y el ingreso del país.

3. El sistema de salud mental en Colombia antes del Covid 19, que ya venía afrontando dificultades financieras y ahora con la creciente demanda de servicios ha de estar pasando situaciones aún más críticas con la financiación y esfuerzos existentes encaminados a otros lugares distintos a la prevención.

Referencias bibliográficas

1. Revista Habanera de Ciencias Médicas,versión On-line ISSN 1729-519X. Rev haban cienc méd vol.19 supl.1 La Habana 2020 Epub 10-Jun-2020.CIENCIAS CLÍNICAS Y PATOLÓGICAS-Efectos de la COVID-19 en la salud mental de la población.

2. Rojas-Bernal LA, Castaño-Pérez GA, Restrepo-Bernal DP. Salud mental en Colombia. Un análisis crítico. Rev CES Med 2018; 32(2): 129-140.

3. file:///C:/Users/USUARIO/Dropbox/Dropbox/Mi%20PC%20(DESKTOP-UL38HLQ)/Downloads/Invertir%20en%20la%20salud%20mental%20DMSM%202020%20final%20.pdf.

República de Colombia. Ley 1616 de 2013 “Por medio de la cual se dicta la ley de salud mental y se dictan otras disposiciones” [Internet]. 2013 [cited 2014 Mar 19].Availablefrom:http://wsp.presidencia.gov.co/Normativa/Leyes/Documents/2013/
LEY%201616%20DEL%2021%20DE%20ENERO%20DE%202013.pdf.

4. Equipo Investigativo del Programa de Salud y Seguridad Social de la Defensoría del Pueblo. Salud mental en Colombia 2008.

5. Ministerio de Salud y Protección Social Política de Atención Integral en Salud. Bogotá Ene 2016.

6. Ministerio de Salud y protección Social, Encuesta Nacional de Salud Mental 2015.

7. Organización Mundial de la Salud, mhGAP, Programa de Acción para Superar la Brechas en Salud Mental.